El mar con sus encantos
ola tras ola va seduciendo a la orilla
con su vaivén.
La orilla deseosa espera la llegada de la ola
una tras otra sin fin.
Besa el mar a la orilla,
regresando cada vez a tocarla
como si nunca lo hubiese hecho.
Sabe la orilla que siempre
la ola con su infinito vaivén
volverá para acariciarla una y otra vez.