domingo, 7 de diciembre de 2014

PEQUEÑA LETRA VIVA: EL REGALO DE NAVIDAD


 
 
 
 
 
 
A lo lejos se escuchan las vocecitas de los niños entonando los villancicos. Hace frío afuera Tulia está emocionada, ya va a ser medianoche, y se siente una magia indescriptible en el ambiente. Los adultos conversan, ríen y los más pequeños esperan ansiosos la llegada de Santa.

El árbol lleno de adornos brilla con su lucecitas encendidas que titilan; bambalinas rojas, doradas; reflejan destellos hermosos. Al pie, algunos obsequios que ha traído la abuela ¿Qué serán? Los niños tratan de adivinar alzando las cajas y agitándolas también.

Desde la cocina, los olores se mezclan, infinitamente deliciosos; que exquisito festín. La Navidad sin duda, nos regala ese placer culposo al paladar.

Tulia, entre tanto, se aleja de los otros niños, luce un hermoso vestido a cuadros regalo de su madrina. Se acerca al pesebre y lo observa con detenimiento, que figuras tan bonitas y delicadas, piensa. Luego se aproxima al árbol y aprecia lo gigantesco que es, en la punta una linda estrella lo corona, y Tulia se deja fascinar por lo que ve.

Los niños corretean, juegan a las escondidas, comen galletitas, cantan, ríen, sueñan. Es la noche más especial del año; sin embargo, Tulia, recuerda con tristeza aquel niñito que ella y su madre han encontrado al salir de la pastelería, esta mañana; estaba mal vestido, aunque sus ojos brillaban. La madre de Tulia le ha comprado un biscocho; él les ha deseado Feliz Navidad. Tulia presiente, que el no será tan feliz esa noche; a diferencia de ella; que está junto a su familia, en su casa, llena de adornos y gente.

Al otro lado de la ciudad, está Joaquín, un niño muy especial. Él, vive con sus padres y cuatro hermanitos; Joaquín estudia y ayuda a sus padres en el mercado vendiendo frutas y hortalizas. Su sueño, ser médico cuando sea grande.

En su casa, sus hermanitos corretean de un lado a otro, no paran de gritar entusiasmados, pronto Santa llegará. Su madre cocina algo especial, pues es víspera de Navidad. Su padre ha encendido la radio, la música invade el hogar, y se escucha desde la calle, la algarabía de los vecinos al pasar.

Joaquín tiene una sorpresa especial, dinero ha guardado al trabajar ayudando a papá, ha comprado cuatro lindos juguetes que a sus hermanitos obsequiará.

El reloj de la sala, ha dado la hora, la medianoche ha llegado, y en el cielo, se hace una fiesta multicolor. Tulia ríe, canta, es feliz, el abrazo familiar los une a todos. El árbol se ha llenado de obsequios, los niños corren, ya es Navidad. Se abren los obsequios, todo es alegría. Tulia, ha recibido un libro, una pulsera, una muñeca; tiene un sin fin de regalos; pero de pronto, recuerda al niño y el brillo especial de sus ojos, y piensa seguro no recibirá tantos regalos esta Navidad.

Los ojos de Joaquín brillan, son dos estrellas relucientes, corre a su habitación, trae los obsequios para sus hermanos. Los pequeños se emocionan aún más, la Navidad ha llegado de verdad. El niño los abraza y sus padres también. Joaquín también recibe una sorpresa, el maletín de doctor, que siempre ha querido, es feliz; muy feliz.

La algarabía va decayendo en la ciudad, las luces en las casas se van apagando, el silencio y la quietud se apoderan de las calles. Los niños duermen abrazados a sus juguetes. Joaquín también duerme, esta noche ha recibido el mejor de los regalos, la alegría de sus hermanitos al recibir sus obsequios de Navidad, porque es en el dar que recibimos más.  

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