sábado, 31 de octubre de 2020

PEQUEÑA LETRA VIVA: LA CUCARACHITA JOSEFINA (ADAPTACIÓN DEL CUENTO DE ANTONIO ARRAIZ)

Estaba la cucarachita Josefina limpiando la entrada de su linda casita, y en el ir y venir de la escoba, brilló ante sus ojitos, un lindo y perfecto mediecito. Lo tomó entre sus manitas con cierto goce, pero con un poco de temor. Pues que dichosa podía hacerla en esa mañana la fortuna de haberle regalado semejante tesorito. Cuando tuvo el mediecito bien agarradito entre sus manos; lo miró bien y decidió guardarlo rápidamente en uno de los bolsillos de su lindo delantal.

            Luego de un rato la alegría no le cabía en el pecho y tenía la urgente necesidad de decirlo y entonces pensó en contárselo a Misia Rata, quién se encontraba distraída entre sus frascos de tónicos y sus hojitas de albahaca. Entonces la cucarachita no se contuvo más y le contó a Misia Rata la razón de la emoción que la embargaba.

            La Rata quedó boquiabierta y le aconsejó que se comprara un montón de cosas: un fino perfume, lindos vestidos o un anillo. La cucarachita pensó y pensó, pero no sabía qué hacer; sí guardar aquel hallazgo o gastarlo en exquisitas banalidades o bien en  ricos y apetecibles postres, aquellos que por cierto le encantaban, unos terroncitos de azúcar y rica miel, estarían bien. Luego consideró comprar un lindo moño para adornar su cabello y una hermosa pulsera  a juego color turquesa. Pensando y pensando, se le fue el tiempo volando.

            La cucarachita era muy presumida como era de esperarse y se fue directo a los almacenes en  el centro. Deleitándose con las bellezas que veía en cada vidriera, se compró un moño hermosísimo  y  un cinturón, quedándole algo aún para saciar un antojito: una rosquilla azucarada para finalizar aquella mañana.

            -Entre risas y alborotos, se fue caminando  para su casa. Se colocó el moño que había comprado para lucirlo mientras regresaba. Iba Josefina saludando a todos, el primero fue el Sr. Gallo que le salió al encuentro con un concierto de lo más bello; después Don Perro se ofreció para acompañarla a lo que ella sonrojada se negó un poco turbada. Pero al doblar la esquina, sintió que alguien la miraba, era el Ratoncito Pérez, tan guapo, tierno y gentil como siempre.  -¿La acompaño bella dama? Preguntó el Ratón Pérez. a lo que ella asintió con la mirada.  Caminaban juntos, todos los miraban y la cucarachita lucía enamorada; pero de pronto todo se volvió un caos, algo terrible había pasado, el Ratón Pérez se ha descuidado y un carro lo ha atropellado.  –Ay, ay, grita la cucarachita. Los minutos que pasaron parecieron horas, pero asombrosamente el ratoncito se ha levantado,  aunque algo adolorido y  confundido.

La cucarachita Josefina presurosa se lo lleva para su casa. Allí le cura las heridas  con inmenso amor y le da sopita con cucharón.  Y colorín, colorado esta historia se las he contado como a mí me ha gustado.

 

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