El sol está agonizando allá en el horizonte
la tarde muere embriagada de tantos colores
la quietud y el silencio definen el ocaso.
El atardecer entra en escena
el cielo se convierte en un lienzo perfecto
y se tiñe de matices de un esplendor indescriptible.
El crepúsculo muestra su incomparable belleza
breve, sutil, apacible, espléndido y brillante.
Pronto llega la oscuridad
ya no danzan los hermosos destellos tornasoles
y en su lugar aparecen las brillantes joyas de la noche.
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