Quisiera volar como águila y perderme en la
inmensidad del cielo y preguntar al viento, y caer en picada. Levantarme de
nuevo y erguir el pecho contra el mundo; y luego ser, un árbol frondoso, que
extiende sus ramas al sol poderoso, que reina en lo alto de los astros y que
nos complace calidamente, con sus tibios y rubios rayos. Pero también quiero,
ser un tímido venadito, luego ser un cisne y danzar a lo largo del bosque y
juguetear con las flores, y quemar el alma en un sentimiento sin control,
perder el juicio, cantar y hojear la vida como en un libro viejo y olvidado; y
también ¿Por qué no? Girar en torno del vacío del universo, comer estrellas,
beber agua de mar y servir a la vida, con el corazón de par en par.
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